Dios nos dio muestras de su amor al enviar al mundo a Jesús, su único Hijo, para que por medio de él todos nosotros tengamos vida eterna.
El verdadero amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo, para que nosotros fuéramos perdonados por medio de su sacrificio.
Hijos míos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos los unos a los otros.”
1juan 4: 8 al 11
Hoy vino a mi mente la palabra afinada, es una palabra que escuche mucho en los últimos tiempos. Según el diccionario significa: Coincidencia de gustos, caracteres u opiniones en dos o más personas.
Cuando leo estos versículos de 1Juan me llama la atención la última parte en donde se nos llama a amarnos los unos a otros.
Que interesante que de alguna manera este llamado nos invita incluso a pasar, dejar de lado nuestros puntos de afinidad.
Siento que el problema de la iglesia de hoy entre otros, es el tema de la afinidad.
Entiendo que la única afinidad, puntos en común que deberían prevalecer es la sangre de cristo. Es el amor práctico.
La afinidad es la que separa en la iglesia de hoy. Eso pienso.